El impacto que tienen los primeros años de vida en el desarrollo del ser humano ha sido demostrado en diversos estudios (Myers:1992; Marcon:1994; High Scope:1994; Fujimoto:1994) cuyos resultados muestran que los primeros años de vida del niño tienen un impacto central en el desarrollo de la inteligencia, de la personalidad y del comportamiento social del ser humano en sus años posteriores.
El desarrollo inicial del niño(a) y sus aprendizajes están a su vez condicionado por factores que contribuyen a explicar su nivel de desarrollo psicosocial y social. Han sido así mencionados factores socioeconómicos, estado e historia nutricional, estado e historia de salud, las características familiares, los niveles de escolaridad especialmente de la madre.
También se ha señalado con el respaldo de estudios científicos (High Scope:1994) que la Educación Parvularia tiene un efecto decisivo en el resultado escolar, tanto en asociación con otros factores, como efecto aislado.
La demostrada importancia de los primeros años de vida en el desarrollo ulterior de la persona, ha ido acompañada de la creación de diversos programas de intervención para esta etapa, generando una serie de conocimientos que permiten afirmar que estos pueden derivar en grandes beneficios, mejorando el rendimiento en la enseñanza general primaria. Así, Myers en una excelente revisión a nivel mundial de proyectos orientados al desarrollo de los niños, concluye que estos programas pueden afectar el desarrollo del niño y su preparación para la escuela influyendo en la asistencia, repetición, deserción y rendimientos en la escuela. Estos efectos serían mayores para niños desfavorecidos en términos económicos, sociales y de género (Myers, 1992).
La asistencia a un Jardín Infantil puede en esta perspectiva estar asociado a un fortalecimiento de aprendizajes, habilidades que son claves para el resultado escolar posterior: maduración pedagógica del niño(a) de manera de que ya antes de la escuela pueda ejercitar y desarrollar habilidades cognitivas, maduración de la socialización en especial de los códigos de mayor abstracción que predominan en el ambiente escolar, de interacción con pares, lo que permite que pueda madurar en sus niveles de interactividad y de establecer relaciones, lo que está demostrado incide fuertemente en el desarrollo armónico de la personalidad social y psicosocial del niño(a).
Igualmente ha sido señalada la interacción que existe entre madres que tienen altos niveles de aspiraciones educacionales para sus niños y la asistencia a un Jardín Infantil, siendo dos factores que se estimulan y fortalecen en su accionar respecto al resultado escolar favorable.
Especialmente ha sido señalada la importancia de la asistencia al Jardín Infantil en los resultados en Lengua Materna (español), en términos de que el Jardín acelera los procesos de manejo de conceptos y abstracciones claves para el incremento paulatino del niño en el dominio de la Lengua tanto oral como escrita, más allá de las formas populares o dialectales de un lenguaje.
En Chile, la evaluación de impacto de los programas de mayor cobertura (JUNJI,INTEGRA Y MINEDUC) plantea que “ la experiencia en programas de educación parvularia muestra ser una de las variables que afecta el desarrollo psicosocial de los niños, aunque con más efectividad en la población rural que urbana y en la dimensión socioemocional más que en la cognitiva”. En el caso de la población rural “ el hecho de asistir o no a 2 nivel transición impacta significativamente el rendimiento académico de los niños durante los dos primeros años de la Educación Básica”.
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